-------------

-------------

sábado, 21 de marzo de 2015

Sobre lo trucho y lo real en la política Marplatense.

En tan solo cuestión de horas dos casos de corrupción en los cuales están involucrados integrantes de dos de las fuerzas políticas más importantes de la ciudad, Acción Marplatense y la Unión Cívica Radical, han concitado el interés de los medios de comunicación y de la ciudadanía en su conjunto. El caso de las "licencias truchas" se reavivó la semana pasada al producirse un nuevo allanamiento en el distrito descentralizado de El gaucho y conocerse las declaraciones de dos supuestos arrepentidos que habrían vinculado directamente en el caso al director de Movilidad Urbana, Guillermo Iglesias, y al Secretario de Seguridad, Adrián Alveolite. El radicalismo pidió la renuncia de ambos funcionarios y trató de vincular directamente al Intendente Pulti en los hechos investigados. Acción Marplatense respondió acusando a Vilma Baragiola de ser poseedora de una licencia tramitada irregularmente.
Baragiola es un blanco fácil al momento de dirigir los ataques debido, por un lado, a que es claramente la principal figura radical con aspiraciones de suceder a Pulti en la intendencia pero sobre todo por el episodio en el cual fue "escrachada" a través de una cámara oculta negociando el trámite del expediente del chalet de camioneros a cambio de algunos favores políticos de parte de la familia Moyano. Los méritos de Vilma al momento de sembrar desconfianza en su figura son incuestionables.
A esta lógica de la política, de miserias e ineptitudes, se agregó la detención del abogado Mariano Castellucci, histórico militante de la Franja Morada (la UCR en la universidad) en el marco de la causa denominada "Carbón blanco" en la cual se investiga el tráfico de casi 1000 kilos de cocaína a Europa. Castellucci está acusado de asociación ilícita y lavado de activos que se presume, han financiado diversos emprendimientos inmobiliarios en nuestra ciudad.
El titular de la UCR local, Daniel Nuñez, afirmó a la prensa que Castellucci es "un afiliado más". Nuñez miente. Castelucci ocupó, hasta su detención, el cargo de Mayor Contribuyente representando al partido del cual es afiliado y en el cual también se desempeñó como integrante de la Junta Electoral. El abogado detenido también se desempeñaba como subsecretario Legal y Técnico de la Universidad Nacional de Mar del Plata, cargo político al que arribó a partir de los acuerdos entre al radicalismo y el Partido Socialista al cual pertenece el rector Francisco Morea. No creemos que estos cargos sean habitualmente ocupados por un "afiliado más".
Quienes tuvieron la responsabilidad de gobernar el partido de General Pueyrredón durante 28 (20 la UCR y 8 AM) centran sus debates de cara a la sociedad en una suerte de pugna por definir quien tiene más o menos funcionarios y militantes involucrados en hechos de las características antes mencionadas. Nada de ideas, propuestas ni compromisos reales para resolver los problemas estructurales que nos aquejan como pueblo. El trabajo, la salud, la vivienda, la educación y el transporte no son ejes de disputa entre los referentes de las principales fuerzas políticas, más ocupados en los "carpetazos" y denuncias mediáticas que en trabajar en aquello para lo cual fueron elegidos.
Sobre lo trucho y lo real.
El término "trucho" se incorpora a la lengua popular y política el 26 de marzo de 1992, cuando la Cámara de Diputados estaba convocada para aprobar el marco regulatorio de la privatización de Gas del Estado y el bloque del PJ utilizó a seis personas que no eran diputados para alcanzar el quórum necesario para sesionar y dar fuerza de ley al remate de una de las más importantes empresas estatales. Desde ese momento esta simpática palabrita se utiliza para describir algunas actitudes bastante habituales en quienes deben administrar y gestionar lo público.
Truchas no son sólo las licencias de la banda de Belmonte. Trucho es el "boom" de la construcción de espantosos edificios de durlock y aluminio financiados con fondos provenientes del crimen organizado que vienen a ocupar los lugares que dejan, a fuerza de martillazos y embates de la especulación inmobiliaria,  construcciones que formaban parte del patrimonio arquitectónico de la ciudad.
Truchos son los políticos que bajo el argumento del "fomento a la iniciativa privada" otorgan todo tipo de privilegios a empresarios que sacan  el mayor provecho posible a la ciudad con los mayores índices de desocupación y trabajo no registrado.
Truchas son las cooperativas con las cuales los pulpos del puerto negrean a miles de hombres, mujeres y pibes desde hace más de dos décadas ante la complicidad criminal de funcionarios locales, provinciales y nacionales.
Truchos son los dirigentes gremiales que dócilmente entregan, a cambio de algunos pesos, derechos que en muchos casos costaron las vidas de compañeros y compañeras en históricas luchas.
Truchas son las causas armadas en la comisaría cuarta por las cuales fueron condenados tres policías, entre ellos un comisario y un subcomisario de la maldita bonaerense.
Truchas son las campañas de las fuerzas políticas tradicionales que subestiman nuestra capacidad crítica y venden impresentables candidatos como si fueran productos de limpieza.
Lo trucho parece ser la medida de todas o de casi todas las cosas relacionadas a lo político. Debemos resistir tenazmente esta idea reivindicando a la verdadera política como la única fuerza capaz de evidenciar lo trucho y relegarlo al sitio que merece, es decir, lejos de los lugares de decisión que afectan y modifican nuestras vidas. 

Desde Patria Grande entendemos que en un año de importantes definiciones para el futuro de nuestro país y nuestro pueblo se hace absolutamente necesario utilizar toda nuestra capacidad y la experiencia acumulada para diferenciar lo trucho de lo real y entender que buena parte de ese futuro todavía está en nuestras manos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario