En tan solo cuestión de horas dos casos de corrupción en los cuales
están involucrados integrantes de dos de las fuerzas políticas más importantes
de la ciudad, Acción Marplatense y la Unión Cívica Radical, han concitado el
interés de los medios de comunicación y de la ciudadanía en su conjunto. El
caso de las "licencias truchas" se reavivó la semana pasada al
producirse un nuevo allanamiento en el distrito descentralizado de El gaucho y
conocerse las declaraciones de dos supuestos arrepentidos que habrían vinculado
directamente en el caso al director de Movilidad Urbana, Guillermo Iglesias, y
al Secretario de Seguridad, Adrián Alveolite. El radicalismo pidió la renuncia
de ambos funcionarios y trató de vincular directamente al Intendente Pulti en
los hechos investigados. Acción Marplatense respondió acusando a Vilma
Baragiola de ser poseedora de una licencia tramitada irregularmente.
Baragiola es un blanco fácil al momento de dirigir los ataques debido,
por un lado, a que es claramente la principal figura radical con aspiraciones de
suceder a Pulti en la intendencia pero sobre todo por el episodio en el cual
fue "escrachada" a través de una cámara oculta negociando el trámite
del expediente del chalet de camioneros a cambio de algunos favores políticos
de parte de la familia Moyano. Los méritos de Vilma al momento de sembrar
desconfianza en su figura son incuestionables.
A esta lógica de la política, de miserias e ineptitudes, se agregó la
detención del abogado Mariano Castellucci, histórico militante de la Franja
Morada (la UCR en la universidad) en el marco de la causa denominada
"Carbón blanco" en la cual se investiga el tráfico de casi 1000 kilos
de cocaína a Europa. Castellucci está acusado de asociación ilícita y lavado de
activos que se presume, han financiado diversos emprendimientos inmobiliarios
en nuestra ciudad.
El titular de la UCR local, Daniel Nuñez, afirmó a la prensa que
Castellucci es "un afiliado más". Nuñez miente. Castelucci ocupó, hasta
su detención, el cargo de Mayor Contribuyente representando al partido del cual
es afiliado y en el cual también se desempeñó como integrante de la Junta
Electoral. El abogado detenido también se desempeñaba como subsecretario Legal
y Técnico de la Universidad Nacional de Mar del Plata, cargo político al que
arribó a partir de los acuerdos entre al radicalismo y el Partido Socialista al
cual pertenece el rector Francisco Morea. No creemos que estos cargos sean habitualmente
ocupados por un "afiliado más".
Quienes tuvieron la responsabilidad de gobernar el partido de General
Pueyrredón durante 28 (20 la UCR y 8 AM) centran sus debates de cara a la
sociedad en una suerte de pugna por definir quien tiene más o menos funcionarios
y militantes involucrados en hechos de las características antes mencionadas.
Nada de ideas, propuestas ni compromisos reales para resolver los problemas
estructurales que nos aquejan como pueblo. El trabajo, la salud, la vivienda,
la educación y el transporte no son ejes de disputa entre los referentes de las
principales fuerzas políticas, más ocupados en los "carpetazos" y
denuncias mediáticas que en trabajar en aquello para lo cual fueron elegidos.
Sobre lo trucho y lo real.
El término "trucho" se incorpora a la lengua popular y
política el 26 de marzo de 1992, cuando la Cámara de Diputados estaba convocada
para aprobar el marco regulatorio de la privatización de Gas del Estado y el
bloque del PJ utilizó a seis personas que no eran diputados para alcanzar el
quórum necesario para sesionar y dar fuerza de ley al remate de una de las más
importantes empresas estatales. Desde ese momento esta simpática palabrita se
utiliza para describir algunas actitudes bastante habituales en quienes deben
administrar y gestionar lo público.
Truchas no son sólo las licencias de la banda de Belmonte. Trucho es
el "boom" de la construcción de espantosos edificios de durlock y
aluminio financiados con fondos provenientes del crimen organizado que vienen a
ocupar los lugares que dejan, a fuerza de martillazos y embates de la
especulación inmobiliaria, construcciones
que formaban parte del patrimonio arquitectónico de la ciudad.
Truchos son los políticos que bajo el argumento del "fomento a la
iniciativa privada" otorgan todo tipo de privilegios a empresarios que
sacan el mayor provecho posible a la
ciudad con los mayores índices de desocupación y trabajo no registrado.
Truchas son las cooperativas con las cuales los pulpos del puerto
negrean a miles de hombres, mujeres y pibes desde hace más de dos décadas ante
la complicidad criminal de funcionarios locales, provinciales y nacionales.
Truchos son los dirigentes gremiales que dócilmente entregan, a cambio
de algunos pesos, derechos que en muchos casos costaron las vidas de compañeros
y compañeras en históricas luchas.
Truchas son las causas armadas en la comisaría cuarta por las cuales
fueron condenados tres policías, entre ellos un comisario y un subcomisario de
la maldita bonaerense.
Truchas son las campañas de las fuerzas políticas tradicionales que
subestiman nuestra capacidad crítica y venden impresentables candidatos como si
fueran productos de limpieza.
Lo trucho parece ser la medida de todas o de casi todas las cosas
relacionadas a lo político. Debemos resistir tenazmente esta idea reivindicando
a la verdadera política como la única fuerza capaz de evidenciar lo trucho y
relegarlo al sitio que merece, es decir, lejos de los lugares de decisión que
afectan y modifican nuestras vidas.
Desde Patria Grande entendemos que en un año de importantes
definiciones para el futuro de nuestro país y nuestro pueblo se hace
absolutamente necesario utilizar toda nuestra capacidad y la experiencia
acumulada para diferenciar lo trucho de lo real y entender que buena parte de
ese futuro todavía está en nuestras manos.
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