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martes, 28 de octubre de 2014

LA SEGURIDAD COMO DERECHO


Algunos aportes a la discusión sobre la (In)seguridad y la Policía Local

Si hay algo que se destaca en estos tiempos plagados de incertidumbres es que la cuestión de la (in)seguridad está instalada en el centro de la batalla política.  Los Partidos Políticos tradicionales se rasgan las vestiduras por conseguir mayor “clientela electoral” que la inseguridad les ofrece. El gobernador Scioli y el Ministro de Seguridad, Alejandro Granados, ante la inexistente fuerza social territorial que los sustente, buscan garantizar su presencia en las calles de la mano de la estructura armada de la Policía Bonaerense. Por eso que este año, con el inconstitucional decreto de emergencia en seguridad, ampliaron en forma descomunal la institución Policial, que nuevamente aumenta su fuerza operativa y difusión en las calles. Pero la policía no es solo una fuerza represiva, sino un ente recaudador, que permite generar “cajas” para el poder político y policial. Así, más policías sin cambios estructurales significan más “cajas” que sustentan y generan el delito, como así también mayor violencia en el territorio.
Sin embargo, partiendo de este contexto, todo intento de reforma policial o del sistema de seguridad, se hace desde la óptica (simplista a nuestro entender) del incremento de la inseguridad como mero aumento de hechos delictivos.
Sumado a esto, no se puede dejar de señalar que las operaciones mediáticas fueron construyendo fuertes cambios en el tratamiento de la “noticia policial” con el propósito de instalar y naturalizar un estilo narrativo sensacionalista que no hace más que reforzar la estigmatización de la pobreza, apuntando principalmente a la juventud y a los inmigrantes. Se hace necesario entonces mecanismos de regulación de la noticia policial, con la misión de construir una comunicación no violenta.
Estas miradas, que dan cuenta de la inseguridad a partir de la criminalización de la pobreza, pierden de vista que gran parte de los delitos (económicos, financieros, sexuales, etc.) involucran a sectores sociales de alto poder político y económico.
Sin embargo, las “causas estructurales” de la inseguridad no pueden ser entendidas por fuera de los grandes negociados actuales (ilegales o informales) que forman parte del “modelo”: el lavado de dinero, la economía en negro, la trata de personas, el narcotráfico, los excedentes del agronegocio; como así tampoco del negocio de la seguridad privada, del fútbol, del financiamiento de los partidos políticos tradicionales, etc. Si a eso le sumamos la violencia potencial que engendra una sociedad que pondera el acceso a ciertos bienes de consumo como sinónimo de bienestar, y ha construido buena parte de sus identidades en esa relación con el mercado, las condiciones para un marco violento están dadas.
En suma, los negocios millonarios y el papel de las fuerzas de seguridad (sumado al de ciertos funcionarios políticos) constituyen el nudo mafioso –y menos visible- de ese pedazo de realidad que nombramos a diario con la palabra inseguridad. Por eso, los discursos que alientan las medidas represivas como la única solución no hacen más que reforzar la idea de peligro, de miedo, la estigmatización y la segmentación social, y mantienen a salvo y aisladas las verdaderas causas de este fenómeno.
Dentro de este escenario, tras el fracaso de Acción Marplatense en su intento por crear una Policía Municipal autónoma de la Policía Bonaerense, hace varios días que en la Comisión de Legislación y en el Concejo Deliberante se están discutiendo los pormenores para la puesta en marcha de la Policía Local. Es importante entender que, introducir en la ciudad de Mar del Plata 700 efectivos policiales, puede conducir a los territorios más vulnerables a vivir acrecentamientos de la violencia que todavía no conocemos. El desmadre está al alcance de la mano.

La comisarización de la política vs. modelo de seguridad democrática.
El proyecto de ordenanza en tratamiento para la creación de la Policía Local, que adhiere al régimen de Policía Local dictado por decreto por el Gobernador Scioli está, en parte, "atado de manos" para plantear discusiones estructurales y de fondo sobre la creación de esta fuerza de seguridad.
De todas maneras, dentro del margen que queda a los municipios, entendemos que en el caso de la ordenanza de Mar del Plata existen avances, respecto a la formación que reciba el cuerpo policial en la Escuela Municipal de Seguridad Local, como así también en relación a la importancia del análisis e investigación tanto de la actuación policial como de los delitos y las violencias.
No obstante, son preocupantes varios aspectos, entre ellos que no se prevea la limitación temporal al horario de trabajo para la portación del arma reglamentaria. Esto significa mantener el estado policial permanente, sabiendo que muchos homicidios los cometen policias fuera de su horario de trabajo con las armas reglamentarias. También consideramos alarmante el hecho de que la Municipalidad solo elija al Jefe para la fuerza y la dependencia laboral siga en manos del Ministerio de Seguridad provincial, quien gestiona la Policía Bonaerense, una de las más violentas del país.
Así mismo, el control de la Policía Local que incluye la ordenanza es desterritorializado, en abstracto, porque en los barrios populares, donde existe la mayor afectación de la violencia policial, no habrá nadie que ponga los frenos necesarios. Si el Estado Municipal no genera ocupación social, es decir, equipos de trabajo idóneos que trabajen las conflictividades antedichas, la Policía Local no va a ser efectiva cuanto al descenso de los niveles de violencia.
Nos preocupa que después de varios años de tomar medidas en relación a la seguridad, el Gobierno Local solo las haya hecho en el sentido policialista de siempre y sin tener un plan explícito a largo plazo, que es como deberían planificarse todas las políticas públicas, sea cual fuere su competencia. Un proyecto de seguridad que focaliza en la intervención policial y no logra entender la problemática y el entramado de conflictividades que generan violencia, administra y maneja la política de seguridad como lo hacen las comisarías, no se recupera la conducción política, sino que se policializa la conducción que se propone.

La mayoría de las muertes violentas en la ciudad, expresan que no hay mecanismos efectivos ni inmediatos para destrabar conflictividades entre grupos y personas, conflictividad que se va profundizando a lo largo de los años. La policía llega después de que se concretó la violencia y los mecanismos para evitarla directamente no existen.
Es así que, ampliar la visión sobre la violencia en la ciudad, en relación a lo que propone el Modelo de Seguridad Democrática, consiste en invertir fuertemente en el desarrollo social. Lo acotado de la perspectiva municipal se refleja diariamente en las calles, que cada día se ven más saturadas de policías. El Estado organiza esos procesos de saturación, como el megaoperativo “SOL”, pero no organiza megaoperativos sociales para abordar las conflictividades diarias, que seguro resulten más pacificadores y menos costosos. Con dispositivos (oficinas con profesionales idóneos y referentes territoriales) ubicados en las barriadas, que tengan como misión fundamental abordar los distintos y diversos derechos que son cotidianamente vulnerados, en relación a las problemáticas penales, de indocumentación, condiciones habitacionales, de violencia institucional, violencia de género y seguridad social y laboral, entendemos que se conseguirán mejores resultados.
Estos dispositivos deberían asesorar, organizar en forma efectiva las problemáticas que le lleguen y motorizar la articulación interinstitucional necesaria para resolverlas. En fin, crear un puente de acceso a la Justicia Social a las barriadas de la ciudad.  
La política de seguridad municipal no logró trascender la visión policial de la problemática criminal, mucho menos aún logró hacer efectivos abordajes integrales de las situaciones de violencia y derechos vulnerados en la ciudad de Mar del Plata. Cuando desde el Municipio se plantea hacerse cargo de esa política, se arrastra la idea de considerar que la seguridad es igual a la policía, perdiendo en el camino, que la seguridad entendida como derecho significa mayor acceso a la justicia, mayor acceso al Estado.
Sin un Municipio que se inmiscuya en las culturas y dinámicas sociales de las barriadas de la ciudad, y co-gestione con ellas las conflictividades que de ellas emergen, la violencia será una constante que siga en aumento. Desde Patria Grande, entendemos que a la seguridad como un derecho hay que bailarla al ritmo de la cumbia y sin gorra.

Eugenia Tommasi del Movimiento Popular Patria Grande, Abogada y trabajadora judicial.

lunes, 27 de octubre de 2014

Un avance para la reivindicada urbanización de Villa Evita


Un avance para la reivindicada 
urbanización de Villa Evita
Muchos barrios periféricos de la ciudad padecen innumerables vulneraciones de derechos, compartiendo entre ellos la grave crisis habitacional que atraviesa  nuestra ciudad.
Villa Evita constituye uno de los sectores más vulnerables del partido de Gral. Pueyrredon en función de la situación laboral, la problemática habitacional y la ubicación en torno a zonas anegables que no cuentan con servicios básicos de infraestructura tales como desagües fluviales, cloacas, pavimento, provisión de gas, entre otros.
En el año 2010, mediante la ordenanza Nº 19.994, se creó “Programa de urbanización, regularización Dominal, Mejoramiento Habitacional y Desarrollo Social del asentamiento denominado Villa Evita” que quedo en el olvido luego de ser sancionada.
Ante este nuevo olvido por parte del Estado de las necesidades de los vecinos y vecinas de Villa Evita, muchos de ellos empezaron a organizarse para reclamar por sus derechos. En ese contexto es que desde Patria Grande comenzamos a desarrollar, sobre el sector de la vía comprendida entre Avenida Vértiz y calle Bouchard, el programa radial El Pueblo se hace escuchar”, el cual se transmite todos los sábados a las 12hs por la 88.7 FM La Azotea, radio comunitaria
Esta experiencia cuenta con un desarrollo de nueve meses, del cual han participado vecinos del barrio, funcionarios municipales, nacionales, representantes de instituciones educativas y culturales del lugar. Este programa es producido y conducido por jóvenes de Villa Evita que en estos meses han podido potenciar su participación como actores sociales comprometidos. Como resultado concreto de la difusión radial de las innumerables necesidades del barrio y del acercamiento de funcionarios comunales invitados al programa, se logró el engranzado de ese sector de la vía del ferrocarril, el cual fue solicitado en diversas oportunidades por los vecinos. Este engranzado habilitó una vía de acceso a vehículos tales como remises y ambulancias, lo que era uno de los reclamos principales de los vecinos del sector, redundando en un mejoramiento sustancial de su calidad de vida, al cual se sumara prontamente la instalación de luminarias en el corredor vial. Esas acciones y reclamos siempre las llevamos adelante teniendo como horizonte lograr la urbanización de la Villa.
El jueves 23 de octubre en el Concejo Deliberante de General Pueyrredon, luego de una maratónica sesión y sobre tablas, se trató y aprobó una ordenanza que crea la  “Mesa de Gestión y Planeamiento Multidisciplinaria y Participativa para la Urbanización de Villa Evita“ para el diagnóstico, propuesta, planificación y seguimiento de la ejecución de las políticas sociales habitacionales, teniendo como tarea principal la de diseñar los lineamientos generales de un programa integral de urbanización y transformación definitiva de Villa Evita. Esta mesa, según dice la ordenanza, debe constituirse en un plazo no mayor a los diez días hábiles de la sanción y promulgación de la ordenanza.
Si bien esto es un avance para la lucha de todos los vecinos y vecinas de Villa Evita que hace años exigen la urbanización de su villa y una vida digna, tenemos que recordar que por el 2010 la primer ordenanza al respecto fue “cajoneada” y que el desafio por delante es enorme para que no pase lo mismo con la recientemente sancionada.
Desde Patria Grande, entendiendo a la vivienda como un derecho y no un negocio, hace años venimos proponiendo políticas habitacionales que realmente apunten a mejorar la calidad de vida de muchísimas familias que se encuentran en condiciones habitacionales críticas, y específicamente en el caso de la urbanización de Villa Evita entendemos que este proceso, para no quedar en el olvido ni que fracase en el intento, debe darse con:
-Una fuerte participación vecinal en la planificación urbana, teniendo en cuenta la regularización dominial de la tierra.
-Para generar trabajo y evitar la especulación de las empresas constructoras entendemos que la construcción de viviendas debe hacerse a través de cooperativas con la implementación de todos los servicios básicos.
- Es fundamental que en la planificación se tenga en cuenta la creación de espacios comunes y recreativos.

Hace mucho aprendimos que los derechos no se mendigan, se conquistan. Por eso también en Villa Evita, con los vecinos y vecinas, vamos por lo que todos y todas merecemos: una vivienda, un barrio y una vida DIGNA!.

jueves, 16 de octubre de 2014

EL TRANSPORTE COMO DERECHO, NO COMO NEGOCIO DE UNOS POCOS.

EL TRANSPORTE COMO DERECHO, NO COMO NEGOCIO DE UNOS POCOS.
En la sesión del jueves 16 de octubre, el Concejo Deliberante se prepara para un nuevo aumento en el boleto de Colectivo, llevándolo a $4,44. Cabe recordar que se trataría del segundo aumento en el año, luego de aquella sesión del mes de Enero que culminó en una feroz represión a quienes se manifestaron en contra y con 15 detenidos y procesados. A las vísperas de un nuevo golpe a nuestro bolsillo, desde el Movimiento Popular Patria Grande, queremos marcar nuestro repudio a esta situación y hacer algunas reflexiones.
El transporte público es un eje a partir del cual se estructura la vida cotidiana de cada uno y cada una de nosotros. Es un derecho que interviene decisivamente en el pleno cumplimiento de otros derechos, como son el acceso a la educación, el trabajo, la salud, etc. Sin embargo, quienes usamos el colectivo para ir a trabajar o estudiar, sabemos muy bien que en nuestra ciudad el Sistema de Transporte Público dista mucho de ser bueno. Año a año vemos que el precio sube, pero el servicio no mejora, horarios en los que hay que esperarlos horas y horas, barrios enteros en los que casi no pasa ningún colectivo, un sistema centralizado en el centro, que no obedece a otra lógica que a la de que los empresarios puedan ganar más plata. Pero ¿cuál es el origen de este problema?
El problema que tenemos los marplatenses es que en nuestra ciudad, el Transporte Público no es del todo “público”, sino que es un servicio público bajo gestión privada. En la actual configuración del sistema de transporte público de Mar del Plata, los usuarios cumplimos perfectamente el rol de espectadores de una situación que parece inmodificable. El funcionamiento del servicio de colectivos es una muestra cotidiana de como las decisiones políticas tomadas por unos pocos dentro del edificio municipal, afectan la vida de toda la ciudadanía. Es uno de los más claros ejemplos de cómo funciona el Status Quo a nivel local: cambian los gobiernos pero la lógica está intacta desde hace décadas. Los empresarios siempre hacen lo que quieren. Ningún gobierno desde la vuelta de la democracia ha mostrado grado alguno de autonomía política ante sus pretensiones. Al igual que en otras actividades que involucran a servicios públicos se ha optado políticamente por el laissez faire, por “dejar hacer” sus negocios al sector privado, resignando todos los controles que el estado municipal tiene obligación de realizar porque así lo establece el pliego de bases y condiciones.
El desafío que se nos presenta es enorme teniendo en cuenta la enorme impunidad con la que empresarios, burócratas sindicales y políticos se mueven en este tema y la casi absoluta inacción política frente a cada aumento de la tarifa.
Cada aumento del boleto es precedido por una puesta en escena que cualquier persona que vive en nuestra ciudad puede reconocer claramente. Los roles están bien asignados y quienes siendo oposición criticaban los aumentos, hoy justifican su cambio de opinión con los mismos argumentos que eran usados por los ahora opositores en momentos de ser gobierno. Al menos una vez por año somos testigos de esta parodia de la política. Lo burdo de la trama y su realización explican la profunda indignación que causa cada repetición.
Con este contexto local, desde Patria Grande entendemos que es necesario que tanto desde las organizaciones sociales como desde la sociedad en general tomemos consciencia de esta situación y se generen acciones en consecuencia que realmente puedan llegar a hacer prevaler nuestros derechos por sobre las especulaciones empresariales. Por eso consideramos y vamos a llevar adelante actividades que apunten a la difusión de los derechos de los usuarios y herramientas para exigirlos, y en ese sentido pensamos generar estrategias para evidenciar los incumplimientos de frecuencias y cantidad de pasajeros o exigir la ampliación de los puntos de carga de las tarjetas. Asimismo, teniendo en claro que lo estratégico es avanzar en la Municipalización del Servicio de Transporte Publico, es que pensamos que debemos empezar por la elaboración de una red de recorridos de colectivos en función de las necesidades populares y por exigir la necesaria creación de una comisión que estudie sobre los costos del trasporte, de forma independiente al informe que hacen los empresarios, para así conocer el costo real del boleto del colectivo.
MOVIMIENTO POPULAR PATRIA GRANDE

MAR DEL PLATA


miércoles, 15 de octubre de 2014

Los Sin Techo entregarán otras cuatro viviendas construidas por sus cooperativas

Los Sin Techo entregarán otras cuatro viviendas construidas por sus cooperativas

El 24 de octubre se realizará la entrega de cuatro viviendas construidas con las cooperativas de trabajo de la organización territorial Los Sin Techo que integra el Movimiento Popular de Patria Grande. Cambio, entrevistó a Adriana Merelas una de las referentes de la organización y  de lo que fue la lucha de Los Sin Techo en 2009. Adriana nos abrió la puerta de su casa para contarnos de las viviendas del barrio 15 de Enero y el trabajo de las cooperativas de construcción.

¿Qué significa para una familia tener una casa propia y específicamente para aquellas que la tienen en un barrio como el 15 de Enero?
Significa sentirse más valorizado como ser humano, te dignifica la vida. Antes vivíamos en casas precarias, cambiando de casas, sin nada. Ahora pasamos a tener todos los servicios y que sea una vivienda propia significa que tenemos un lugar fijo donde asentarnos y en el cual desarrollar toda nuestra vida, eso te da estabilidad y ganas de seguir luchando. Pero vivir en el barrio 15 de Enero es muy distinto, es un barrio organizado en donde los lazos con los vecinos son de compañerismo y de ayuda mutua. En este barrio no sentimos la inseguridad que dicen en todos los medios. Acá dormimos con la puerta abierta, los chicos pueden jugar hasta las 10 de la noche en la calle que no pasa nada, nadie te toca nada que dejes afuera. Es como estar en un mundo distinto.
¿Cómo se consiguieron las casas del barrio en el que vivís y como se llegó a las cuatro viviendas que se van a entregar el 24 de octubre?
Estas casas se consiguieron a través de una lucha organizada y planificada por muchas familias en situaciones habitacionales críticas. Primero tuvimos que darnos cuenta de que éramos muchos en la misma situación pero que solos no podíamos, que era colectivamente que íbamos a conseguir que se garanticen nuestros derechos. Ante la falta de respuestas estatales, es que decidimos ocupar un plan habitacional que estaba abandonado. Después fuimos brutalmente desalojados y ahí la Municipalidad se vio obligada a tener que darnos una solución. Así no sólo conseguimos vivienda digna para todos, sino también que se construyan a través de cooperativas para también generar trabajo. Ahora las cuatro casas que se van a entregar en las semanas próximas se consiguieron a través de la lucha de las cooperativas de trabajo y la organización, así logramos firmar los convenios para la construcción de esas casas. Y con esta entrega  ya son 50 las construidas por cooperativas, o sea más de 50 familias que pasaron de vivir en casas precarias o ranchos a tener un techo digno donde vivir.
Que sean construidas con cooperativas tiene otro valor, cuesta muchos, pero además de generar viviendas dignas para muchas familias lo que hacemos genera trabajo digno, aunque cuesta porque los materiales y los pagos no son los que deberían ser. Somos conscientes de que si no fortalecemos la construcción de viviendas con cooperativas de otra forma no se van a construir, porque siempre que el Estado puso esta tarea en manos de empresas nunca se terminaron o no se entregaron a quienes las necesitaban.
¿Cómo eligen quién necesita la vivienda o a quién se la asignan?
Se evalúa durante mucho tiempo, no sólo la necesidad de esa familia sino también su compromiso. Se tiene en cuenta la asistencia, la responsabilidad, las tareas que toma y que sea parte de la lucha por las viviendas. Después se decide a quienes son entregadas en asamblea que es la forma en la cual decidimos todo porque es el método más democrático y horizontal. También entendemos que a quien se le asigna una vivienda debe seguir comprometido, esto no es un regalo, por eso se debe seguir luchando porque hay muchas familias más sin casa.
¿Cómo siguen?
Hay una casa pendiente, la quinta seria, que hay que construir. También estamos buscando terrenos para unas cuatro viviendas más que hay para construir por convenio. Seguimos organizándonos porque es la única manera de luchar por más casas porque hay muchas familias que la necesitan. Estoy convencida de que esta forma, en la cual construimos desde Patria Grande, es la forma de seguir creciendo, organizándonos y luchando para que sean más las familias que tenga un techo digno, una vida digna.


La Política de los de arriba y la otra política.

La Política de los de arriba y la otra política.
El Poder Político de la ciudad se encuentra envuelto en una crisis, el mayor escándalo político de los últimos años. La presidenta del Concejo Deliberante y la candidata a intendente favorita en las encuestas, Vilma Baragiola, fue destituida. Acusaciones de corrupción de un lado, acusaciones de una operación destituyente del otro, y como si faltara algún ingrediente, una patota neo-nazi a los golpes dentro del “honorable recinto”. Mediante una cámara oculta se ve como la UCR le pide a un sindicato un “favorcito económico” a cambio de agilizar un expediente. En torno a esto, el Pultismo y el FPV, indignados, llevan adelante toda una campaña donde pareciera que lo que hizo Vilma es una aberración. Del otro lado, el radicalismo, indignado, habla de una conspiración destituyente. En cierta medida ambas partes dicen la verdad, y ambas partes mienten.
El intercambio de influencias, el financiamiento de las campañas a cambio de favores y la corrupción son parte intrínseca del sistema político vigente. No es propiedad de Vilma, ni del radicalismo. Tiene que ver con una lógica de una estructura de poder basada en garantizar los negocios de un pequeño grupo de empresarios, que son a su vez quienes financian las campañas políticas y quienes también manejan los medios de comunicación. Y acá, el caso más emblemático es el de Aldrey Iglesias y su pacto con Pulti.
No se trata de justificar, ni de quitarle importancia a lo de Vilma, pero hay que decir que claramente esto es una práctica común en el radicalismo y en el resto de los partidos tradicionales. Por lo tanto, esto no va a desaparecer cambiando de figuritas. Vilma no es la manzana podrida dentro del canasto, es el árbol entero el que está podrido. Y por si la metáfora no es clara, el árbol podrido es este sistema político. Podrido en su forma (intercambio de favores, coimas, acuerdos con empresarios, falta de participación popular) y en su contenido. Su contenido, son los objetivos de esta mala política: perpetuarse en el poder para garantizar el negocio de unos pocos empresarios amigos del transporte, la pesca y el turismo.
Sin embargo, en nuestra ciudad hay otra política, que se rige con otros objetivos y con otra forma. Es una política que se ve en algunos sindicatos, que se organizan desde abajo sin burócratas y que defienden a los trabajadores de los abusos patronales. Es una política que se ve en algunos barrios, que se organizan en asambleas para mejorar su calidad de vida, construyen casas, plazas y espacios para los jóvenes. Es una política que se construye en espacios públicos abandonados y recuperados para ponerlos al servicio de una cultura popular, en centros de estudiantes que pelean por defender la educación, en los trabajadores cooperativos, en asambleas que luchan en defensa del medio ambiente. Se hace necesario que proyectemos esa Otra Política. Que demostremos que se puede hacer otra política basada en el protagonismo popular y con el objetivo de mejorar la vida del pueblo trabajador de Mar del Plata y Batán.
El Pdo. De Gral. Pueyrredón, por sus características, requiere descentralizar el Poder Político que se concentra en un Intendente, 24 Concejales y un igual número de “Mayores Contribuyentes” (figura por demás aristocrática y discriminadora). Vemos un camino de Soberanía Política a través de la división del territorio en Comunas donde se exprese cotidianamente la voluntad de los y las vecinas, desde donde hacer real y efectiva la Participación Popular en el Presupuesto Participativo y el control de los servicios y obras públicas municipales (agua, transporte, residuos, playas, etc). Se trata de empezar a soñar con un nuevo proyecto de ciudad y, sobretodo, de trabajar colectivamente todos los días, para hacer realidad ese sueño. Quienes militamos en el Movimiento Popular Patria Grande, estamos en eso, y la invitación está hecha a que te sumes, porque sabemos que somos más los y las que queremos otra política y sabemos que si nos animamos, lo podemos hacer realidad.

MOVIMIENTO POPULAR PATRIA GRANDE - MAR DEL PLATA