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lunes, 9 de marzo de 2015

Emergencia sanitaria: conflictos en sanatorios locales y en el sistema de salud público.

Conflictos en sanatorios locales y en el sistema de salud público.

En las últimas semanas fueron nota de tapa de los diarios y portales de noticias locales los conflictos laborales en el Sanatorio Central EMHSA y el Sanatorio Belgrano, también lo fueron los inconvenientes que se podrían generar en el Sistema de Salud si ambos sanatorios cerrasen definitivamente.
Nuestra ciudad, en las últimas dos décadas, dejó de tener varias clínicas o sanatorios. Ya no tienen sus puertas abiertas la Clínica Modelo, la Clínica Central, el Hospital Ferroviario, la Clínica Libertad o el área de Internación del Instituto Nacional de Epidemiología, entre otros. Algunos se transformaron en geriátricos, otros en policonsultorios o centros especializados pero la realidad nos indica que en la ciudad contamos con 259 camas menos.
Así llegamos a una situación actual en la cual la sumatoria de camas del sector público y privado dan un total aproximado de 1400, siendo Mar del Plata una ciudad con una población de 618.989 habitantes.
En este contexto de conflicto, muchas voces se han alzado en relación a si resultaría conveniente o no construir un hospital municipal o si el Estado debe intervenir en la expropiación de las entidades en riesgo de cierre o grandes recortes.
Desde Patria Grande creemos que es el Estado, en sus diferentes niveles, el que debe hacerse responsable del sistema de salud e intervenir de forma activa para garantizar el acceso al más esencial de los derechos. No puede delegarse esta responsabilidad en sanatorios privados cuyo principal objetivo es el lucro, cuando de lo que estamos hablando es de la vida y de la calidad de vida de nuestro pueblo.
Por eso, la discusión o reflexión debe ser más amplia que limitada a los conflictos actuales y se trata de sobre el modelo de sistema de salud que queremos. Desde Patria Grande entendemos que hay que dar la discusión sobre los motivos que llevaron a que se encuentren en conflicto el EMHSA o el Sanatorio Belgrano pero también sobre la situación permanente que se vive en el Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA), que no solo está abarrotado de pacientes, sino también con falta de materiales, camas y demás insumos necesarios para la atención de la salud y en una situación laboral de precarización, tanto por cuestiones salariales como por las condicionales de trabajo.
Estos conflictos en el sistema de salud tienen, al menos, dos causas. Primero y principal el problema presupuestario. El gobierno provincial de Scioli destinó en el presupuesto 2014 para el Ministerio de Salud $12.211.287.460, que comparado con lo destinado al Ministerio de Seguridad es un 15% menos y en torno a la creación de cargos para salud se destinaron 3500 y para seguridad 6000, casi el doble.
Pero las causas no se limitan a lo financiero, sino también hay que buscarlas en el abordaje que se hace con la población sana. Debería ser una política de Estado, buscar que la mayoría de las personas no evidencien cuadros agudos que requieran la utilización de los servicios de salud. Esto tiene que ver con la perspectiva desde la cual se aborda la salud. En América Latina y el Caribe la población padece de enfermedades denominadas crónicas no transmisibles que se asocian con estilos de vida y que conllevan a que la gente padezca hipertensión arterial, diabetes y obesidad entre otras, y otras enfermedades que se asocian a la pobreza como la tuberculosis, el mal de Chagas, etc.
Entonces, la discusión debería ser anterior a pensar si es necesario más hospitales, pasa por pensar un Estado que garantice la Atención Primaria de la Salud para prevenir y así no llegar a necesitar de grandes hospitales para problemáticas severas. Para nosotros y nosotras pasa por pensar en transformar al Estado en uno que garantice el Buen Vivir de nuestro pueblo donde cada familia tenga acceso a los servicios básicos, a una vivienda digna, a una alimentación adecuada, al deporte, la cultura y la educación, haciendo del trabajo un derecho respetado y que dignifique.



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