Por Emanuel
Pironi, referente de Patria Grande.
El transporte público estructura
la vida cotidiana de quienes lo usamos habitualmente. Sabemos que es un
derecho, porque facilita el acceso a otros derechos, como lo son la educación,
el trabajo, la salud, etc. Y sabemos por experiencia, que en nuestra ciudad, el
Sistema de Transporte Público Colectivo de Pasajeros está muy lejos de ser
bueno.
Año a año vemos que el precio
sube, los intendentes cambian, pero el servicio no mejora, así, desde hace
décadas. Los empresarios siempre hacen lo que quieren porque todos los gobiernos, desde la vuelta a la democracia,
han cedido ante sus pretensiones, han optado por “dejar hacer” sus negocios al
sector privado, resignando los controles que el estado municipal tiene
obligación de garantizar.
El desafío que se nos presenta
es enorme teniendo en cuenta la impunidad con la que empresarios, burócratas
sindicales y políticos se mueven en este tema y la casi absoluta inacción
política frente a cada aumento de la tarifa.
Entendemos que es momento de
oponer a los aumentos y beneficios empresariales que todos los años se aprueban
desde el gobierno local propuestas concretas, que tengan como fin avanzar en la
municipalización del servicio de transporte.
Algunas de las propuestas que
desde Patria Grande estamos proyectando para transformar la ciudad en este
aspecto fundamental son campañas de difusión de los derechos de usuarios y
usuarias, la creación de un sistema de control del transporte accesible para
cualquier persona, más puntos de cargas de tarjetas, creación de un área de
trabajo para que establezca un estudio de costos independiente al de los
empresarios y la elaboración, en forma democrática y participativa, de una red
de recorridos de los colectivos en función de las necesidades populares. El
transporte es un derecho y no un negocio, y en ese sentido es que tienen que
pensarse las políticas públicas, no para aumentar las ganancias de unos pocos.
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