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miércoles, 4 de febrero de 2015

El Operativo SOL: no ilumina, QUEMA.

Por Vanesa Flores del espacio de Derechos Humanos de Patria Grande.

El 19 de diciembre pasado, el gobernador Daniel Scioli lanzó el “Operativo sol” con un total de 12.000 policías para la costa atlántica. Esto es un 50 por ciento más que lo destinado la temporada anterior. Al operativo se sumaron áreas de Infantería, Caballería, Narcotráfico, Investigaciones y Seguridad Vial, los grupos Halcón y GAD.
El Operativo Sol es el mayor de la historia de la provincia, cuenta con 8.020 policías para tareas preventivas, 700 móviles, más de 2100 guardavidas, 78 puestos de control, 47 puestos de control motorizados, 25 puestos de control de destacamentos móviles y 185 motocicletas, cuatriciclos y vehículos todo terreno. A lo que se agregan 4 helicópteros, 100 patrullas y 2 centros de operaciones tácticas. Su distribuyen exclusivamente sobre los circuitos turísticos, saturándolos en forma inútil de presencial policial. No es seguridad lo que busca el ejecutivo provincial sino hacer campaña armada. La ola es represiva y el operativo no viene solo. La mano dura, el gatillo fácil y la criminalización a la pobreza y la juventud vienen acompañándolo.
Ese 19 de diciembre el anuncio de “vacaciones seguras” fue acompañado de un hecho que para muchos jóvenes fue el mensaje de que ellos no van a tener vacaciones seguras: un chico de un barrio periférico perdió su vida por disparos de un policía de civil en el centro de la ciudad.
El joven asesinado tenía 17 años y su hermano de 15 resultó herido. Un policía de civil disparó contra ellos sin mediar palabra. Un hecho, como siempre, que se dice confuso. La versión policial habla de un supuesto robo y la de la familia de los jóvenes que iban a la playa. Un arma apareció después cerca de la escena del homicidio pero descargada y unas cuantas vainas del arma que llevaba el policía. Después de este hecho hubo algo que, por si quedan dudas, lo aclara un poco: el joven herido y su familia fueron hostigados y amenazados para que no continúen denunciando lo que sucedió con el joven asesinado. En lo que va del 2015 otro joven murió por una bala policial, en un supuesto intento de robo. Podría pensarse a estos hechos como aislados, que suceden al azar, pero como dice Eugenio Raúl Zaffaroni se trata de un genocidio por goteo, y a veces las gotas se forman más rápido. Durante el 2014 hubo 6 jóvenes que murieron bajos balas policiales, muchos estos andaban de civil, gracias al estado policial permanente que muchos defienden.

¿Más policías es más seguridad?
El presupuesto para este mega operativo es de casi $15.000 millones. Mientras que un docente percibe un salario promedio de $5.000 y lo destinado a los 78 hospitales que forman parte del sistema de salud provincial es de $5.000 millones. Se evidencia así que la principal política de la Provincia es en materia de seguridad, y que su forma es violenta y represiva. También es selectiva, respecto de su disposición territorial, respecto de quienes cuida y quienes reprime, pero que para nada disminuye los hechos de violencias o conflictos sociales.
En la ciudad los trabajadores y trabajadoras son los principales destinatarios de los hechos delictivos, porque quedan más vulnerables y expuestos ante la ineficiencia del Sistema de Seguridad Pública actual, mientras que las clases altas pueden pagarse la seguridad privada o ir a vivir a un country. Así, la seguridad dejó de ser un derecho para pasar a ser un servicio, al cual sólo puede acceder quien pueda pagar por él.
La Policía Bonaerense ha dejado las tareas de prevención, para convertirse, por delegación política, en la administradora de los grandes negocios delictivos. Esta Policía se autogobierna y para garantizar sus negocios debe disciplinar a jóvenes o generar pactos que les permitan gestionar la criminalidad.
El poder político es cómplice de esta situación porque ante casos resonantes, busca cooptar votos prometiendo más policías en las calles y dando discursos de mano dura que finalizan con restricción de derechos.
Los medios masivos de comunicación inyectan en cada noticia delictiva, odio y miedo en la sociedad, construyendo mayor desconfianza entre pares y generando más espacios para la violencia.
En definitiva, parece razonable evocar, aquel capítulo de los Simpsons, en el cual entra un oso a Springfield. Una turba iracunda, inmediatamente se dirige a las puertas de la alcaldía a pedir seguridad por la invasión de osos. Acto seguido, el alcalde Diamante monta la patrulla anti-osos.  En unas de escenas posteriores, Homero y Lisa conversan:
-Homero (H): Ningún solo oso a la vista, la patrulla anti osos funciona de maravillas.
- Lisa (L): Eso es autocomplacencia papá.
- H: Gracias nena.
- L: Según tu lógica puedo alejar a los tigres con esta piedra.
- H: ¿Y cómo funciona?
-L: No funciona. Es una piedra inútil pero no veo ningún oso por aquí ¿Y tú?
-H: Lisa, quiero comprarte tu piedra.
Desde Patria Grande consideramos que la mejor política a implementar en este contexto es acercar, construir y expandir la justicia social a las barriadas populares de la ciudad. No nos creemos la mentira de que hay que comprar piedras.

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