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domingo, 7 de septiembre de 2014

CULTURA PARA TRANSFORMAR LA REALIDAD

Patria Grande - Espacio de Cultura

Patria Grande es un movimiento que nace de la fusión de diferentes organizaciones sociales, Marea Popular, el Frente Popular Darío Santillán – Corriente Nacional, el Movimiento 15 de enero de Mar del Plata, el movimiento universitario por el cambio social Sudestada y la agrupación Cutral Co de Córdoba, la Corriente Unidad Sur de la provincia de Buenos Aires, Podemos y el espacio Chico Mendes de la Ciudad de Buenos Aires, el centro cultural El Barro de San Juan y otros compañeros y compañeras no agrupados.

Quienes militamos en el espacio de cultura lo hacemos porque buscamos superar la cultura capitalista, esa que instrumentaliza a los seres humanos, naturaliza la desigualdad y la opresión, pregonando como valores al egoísmo y el consumo.

Buscamos avanzar en un horizonte de emancipación de nuestro pueblo y para ello entendemos que es necesario superar el colonialismo económico, el cual, es inseparable del colonialismo cultural. Los procesos de constitución de hegemonía van acompañados de la demonización de la cultura local y de su sustitución forzosa por la cultura del conquistador. La expropiación de nuestra riqueza y la explotación de nuestro pueblo, vienen acompañadas de la ideología de “lo moderno”, la valoración del consumo por encima de la gente y del desplazamiento y descalificación de nuestras costumbres.

En ese sentido, entendemos que la batalla cultural busca abrir espacios que nos permitan convivir, reflexionar, expandir la conciencia y afirmar nuestra soberanía. Lo construimos a partir del reconocimiento de nuestras raíces y acervos culturales, en la construcción de formas de vida solidarias y en armonía con la naturaleza, en la superación de todas las formas de discriminación, en el despliegue de las potencialidades humanas, en la cultura de la solidaridad y la paz, en la afirmación de la conciencia crítica está el camino cultural del cambio social.

Por eso, creemos que el pueblo es la cultura, en nosotros está toda la potencia para reconstruir nuestra forma de vivir y hacerla realmente más humana. Los retos culturales apuntan hacia allá, trascendiendo la acción sectorial. A partir de esto, debemos apoyar nuestras potencialidades creadoras, impulsar la creación artística y las culturas tradicionales y populares, pero no podemos restringirnos a ello.

El desafío que se nos propone se trata de cómo consolidar los mecanismos de una real transferencia al pueblo de medios de producción y difusión cultural, fortaleciendo así una cultura fundada en la participación protagónica de los actores sociales, centrada en la creación de una nueva conciencia que se comprometa con generar transformaciones en nuestras formas de vivir, como una dimensión central para la construcción de una sociedad socialista.



2 principios ordenadores:

El protagonismo popular

La tarea de revolucionar nuestras formas de vida y pensamiento ha de combinar la disputa en el ámbito institucional con el desarrollo, potenciación y  participación de formas de organización del Poder Popular, de las redes de creadores, espacios culturales y de los movimientos sociales.

Todo esto es posible sólo si logramos trascender la visión elitista de la cultura, haciendo que el conocimiento y la creación de unos pocos no se imponga ante las culturas tradicionales y populares. Para ello, tenemos que reivindicar e impulsar el protagonismo popular en el quehacer cultural.

Se trata de avanzar hacia un horizonte de autogestión popular que posibilite diagnosticar sus propias necesidades materiales y espirituales, elaborar planes de desarrollo comunitario a partir de decisiones de masas, estableciendo las necesarias redes de apoyo; encauzar la ejecución de tales proyectos e incluso realizar las funciones de contraloría como ejercicio de su poder ciudadano.

La unidad latinoamericana

Reconocer la diversidad cultural nuestroamericana sin dejar de pensarnos como parte de una unidad continental, es un reto que implica asumir que las fronteras nacionales no deben limitar la acción de los pueblos. Es preciso ir fortaleciendo los nexos que permitan articular con movimientos sociales y culturales que apuesten por resistir ante la penetración ideológica ferozmente promovida por centros imperiales que pretenden seguir colonizando nuestra cotidianidad y reducirnos en serviles y fieles consumidores de la industria cultural.


Este propósito está entrelazado como dimensiones de la lucha contra la hegemonía cultural, para la liberación y la construcción de una sociedad de iguales de verdad.


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