Patria Grande - Espacio de Cultura
Patria Grande es un movimiento
que nace de la fusión de diferentes organizaciones sociales, Marea Popular, el
Frente Popular Darío Santillán – Corriente Nacional, el Movimiento 15 de enero
de Mar del Plata, el movimiento universitario por el cambio social Sudestada y
la agrupación Cutral Co de Córdoba, la Corriente Unidad Sur de la provincia de
Buenos Aires, Podemos y el espacio Chico Mendes de la Ciudad de Buenos Aires,
el centro cultural El Barro de San Juan y otros compañeros y compañeras no
agrupados.
Quienes militamos en el espacio
de cultura lo hacemos porque buscamos superar la cultura capitalista, esa que
instrumentaliza a los seres humanos, naturaliza la desigualdad y la opresión,
pregonando como valores al egoísmo y el consumo.
Buscamos avanzar en un horizonte
de emancipación de nuestro pueblo y para ello entendemos
que es necesario superar el colonialismo económico, el cual, es inseparable del
colonialismo cultural. Los procesos de constitución de hegemonía van
acompañados de la demonización de la cultura local y de su sustitución forzosa
por la cultura del conquistador. La expropiación de nuestra riqueza y la
explotación de nuestro pueblo, vienen acompañadas de la ideología de “lo
moderno”, la valoración del consumo por encima de la gente y del desplazamiento
y descalificación de nuestras costumbres.
En ese sentido, entendemos que la
batalla cultural busca abrir espacios que nos permitan convivir, reflexionar,
expandir la conciencia y afirmar nuestra soberanía. Lo construimos a partir del
reconocimiento de nuestras raíces y acervos culturales, en la construcción de
formas de vida solidarias y en armonía con la naturaleza, en la superación de
todas las formas de discriminación, en el despliegue de las potencialidades
humanas, en la cultura de la solidaridad y la paz, en la afirmación de la
conciencia crítica está el camino cultural del cambio social.
Por eso, creemos que el pueblo es
la cultura, en nosotros está toda la potencia para reconstruir nuestra forma de
vivir y hacerla realmente más humana. Los retos culturales apuntan hacia allá,
trascendiendo la acción sectorial. A partir de esto, debemos apoyar nuestras
potencialidades creadoras, impulsar la creación artística y las culturas
tradicionales y populares, pero no podemos restringirnos a ello.
El desafío que se nos propone se
trata de cómo consolidar los mecanismos de una real transferencia al pueblo de
medios de producción y difusión cultural, fortaleciendo así una cultura fundada
en la participación protagónica de los actores sociales, centrada en la
creación de una nueva conciencia que se comprometa con generar transformaciones
en nuestras formas de vivir, como una dimensión central para la construcción de
una sociedad socialista.
2 principios ordenadores:
El protagonismo popular
La tarea de revolucionar nuestras
formas de vida y pensamiento ha de combinar la disputa en el ámbito
institucional con el desarrollo, potenciación y
participación de formas de organización del Poder Popular, de las redes
de creadores, espacios culturales y de los movimientos sociales.
Todo esto es posible sólo si
logramos trascender la visión elitista de la cultura, haciendo que el
conocimiento y la creación de unos pocos no se imponga ante las culturas
tradicionales y populares. Para ello, tenemos que reivindicar e impulsar el
protagonismo popular en el quehacer cultural.
Se trata de avanzar hacia un
horizonte de autogestión popular que posibilite diagnosticar sus propias
necesidades materiales y espirituales, elaborar planes de desarrollo
comunitario a partir de decisiones de masas, estableciendo las necesarias redes
de apoyo; encauzar la ejecución de tales proyectos e incluso realizar las
funciones de contraloría como ejercicio de su poder ciudadano.
La unidad latinoamericana
Reconocer la diversidad cultural
nuestroamericana sin dejar de pensarnos como parte de una unidad continental,
es un reto que implica asumir que las fronteras nacionales no deben limitar la
acción de los pueblos. Es preciso ir fortaleciendo los nexos que permitan
articular con movimientos sociales y culturales que apuesten por resistir ante
la penetración ideológica ferozmente promovida por centros imperiales que
pretenden seguir colonizando nuestra cotidianidad y reducirnos en serviles y
fieles consumidores de la industria cultural.
Este propósito está entrelazado como dimensiones de la lucha
contra la hegemonía cultural, para la liberación y la construcción de una
sociedad de iguales de verdad.
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