Por Luciano Gasparini (Consejero Superior de la UNMdP) y
Florencia Falagán (Presidenta del Centro de Estudiantes de Humanidades)
El ingreso irrestricto a la Universidad es un triunfo de la
lucha del movimiento estudiantil que dio lugar a fuertes debates en la
comunidad universitaria. Desde La Mella entendemos que la defensa de esa
conquista histórica es indiscutible y que el debate ahora hay que llevarlo a
otro plano, que sería pensar cómo garantizar condiciones de cursadas dignas
para todos y todas.
Es de conocimiento público que la infraestructura del
Complejo Universitario Manuel Belgrano, situado en Funes entre San Lorenzo y
Peña, es muy deficitaria. Es un edificio que no tiene capacidad suficiente para
toda la comunidad universitaria, a la fecha son tres las Facultades que no
cursan ahí (Ciencias Agrarias, Derecho e Ingeniería).
El año 2015 comenzó con algunos cambios para la Universidad
Nacional de Mar del Plata. Consecuencia del ingreso irrestricto, hay 2000
estudiantes más. Si bien al aprobar el ingreso irrestricto las autoridades
tendrían que haber prevenido que ese aumento iba a suceder, no fue así. La
crisis edilicia de la UNMdP no pudo contener a esta nueva cantidad de
ingresantes, dando lugar a pésimas condiciones de cursada, con estudiantes
oyendo la clase desde los pasillos y sentados en el suelo, pérdidas de cursadas
y recorte de comisiones como sucedió en la Facultad de Psicología y de
Humanidades.
Si bien es un dato conocido que Humanidades, Ciencias de la
Salud y Psicología tengan muy pocas aulas para las cursadas, lo cual es motivo
de reclamo de los y las estudiantes hace años, lo novedoso es que esta
situación se hizo extensiva a las Facultades de Ciencias Económicas y
Arquitectura.
Esta situación de crisis edilicia generó un nuevo conflicto
que dio lugar a un proceso de lucha y organización estudiantil. Desde el Centro
de Estudiantes de Humanidades (conducido por La MELLA) y el Centro de
Estudiantes de Psicología (conducido por el MEPs) convocamos a asambleas de
cada Facultad, después un corte de calle y que finalizó con una asamblea
interfacultades.
En dichas asambleas los y las estudiantes resolvimos realizar
un plan de lucha exigiendo que se garanticen aulas en forma inmediata para que
no se pierdan más cursadas, se construyan aulas en el espacio de la Biblioteca
Central cuando se mude a la nueva Biblioteca y se efectivice el plan de obras
para el nuevo Complejo Universitario. También se incluyó entre las
reivindicaciones que se cumpla con el petitorio de la Secretaría de Géneros del
CEH que exige, entre otras cosas, más luminaria, un centro para cargar la
tarjeta de colectivo en el Complejo y que los colectivos pasen por la puerta de
la Universidad, esto con el fin de terminar con los abusos y violaciones que se
realizan en sectores aledaños al Complejo. A la vez, entendimos era necesario
que se le exija a las autoridades del Rectorado que pongan un plazo concreto
para solucionar las problemáticas.
El día jueves 23, el Centro de Estudiantes de Humanidades y
de Psicología, junto con distintas agrupaciones estudiantiles nos concentramos
en el Rectorado y, en el marco del plenario del Consejo Superior de la UNMdP,
expusimos la problemática que estaba a la vista de todos los miembros de la
comunidad universitaria y planteamos las exigencias que llevamos adelante.
También expusimos que si bien hoy padecemos esta problemática concreta por la
falta de condiciones dignas de cursada, que requiere de soluciones inmediatas,
tenemos que aprovechar este momento para discutir a fondo cuestiones
estructurales de la Universidad: la necesidad de abrir concursos docentes
transparentes para cubrir más bandas horarias y construir una estructura de
cargos del personal universitario acorde al funcionamiento de las distintas
unidades académicas y del conjunto de la Universidad. Por supuesto, todo eso
amerita una exigencia concreta al Gobierno Nacional de mayor presupuesto para
la Universidad de Mar del Plata.
No obtuvimos ninguna respuesta concreta por parte del Rector
Francisco Morea y las autoridades de la Universidad, solo hicieron un repaso de
reuniones con funcionarios pero que no llevaron a soluciones. Por otro lado, se
comprometieron a dejar participar a los representantes estudiantiles en las
reuniones que se mantienen con los secretarios de coordinación de las distintas
unidades académicas.
El miércoles 29 nos presentamos en dicha reunión donde
nuevamente planteamos nuestras exigencias. Ese espacio de coordinación entre la
Universidad y las Facultades funciona hace tiempo y en forma sistemática se
reúnen. Pese a ello, en la misma expresaron que falta planificación y que ni
siquiera hay una grilla unificada de la distribución del espacio áulico del
Complejo Universitario. Esta inoperancia de las autoridades nos lleva a pensar
que no hay voluntad política de garantizar los derechos de los y las
estudiantes. El ingreso irrestricto, derecho conquistado, claramente iba a dar
lugar al aumento de estudiantes. Las autoridades no quisieron planificar ese
aumento y así generar opiniones en contra del ingreso irrestricto, cuando en
realidad son las autoridades de la Universidad las responsables de no haberlo
planificado.
Es evidente, una vez más, que el motor de la Universidad
radica en el movimiento estudiantil. No podemos depender ni delegar en las
autoridades que cumplan con nuestros derechos básicos porque ya demostraron que
no les importa. Solo nuestra participación, nuestra lucha y nuestra
organización podrán hacernos avanzar. Sigamos defendiendo el ingreso
irrestricto y construyendo una Universidad Pública y Popular.
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